Llegué a casa el lunes al mediodía. Estos días no he tenido muchas ganas de conectarme a internet y de momento no me siento capaz de escribir en el blog. Supongo que en unos días se me pasará. Echo de menos la ciudad y a la gente. En especial a una persona a la que no creo que vuelva a ver más en mi vida... y no tengo ganas de nada.
Es curioso como en una décima de segundo, tu corazón puede dar un giro inesperado. Como una persona puede pasar de, símplemente caerte bien, a ser la razón principal por la que seguir allí.
Aún no sé exáctamente que pasó en aquel instante, que fue lo que vi en sus ojos que no había visto antes e hizo que un extraño calor recorriera mi cuerpo intensamente. Al quedarme sola después no dejaba de preguntarme: - ¿Pero que ha pasado? ¿Que ha sido eso?
Tampoco sabré nunca lo que él sentía realmente y no porque no deseara e intentara hablar con él a solas durante un rato y averiguarlo... simplemente no pudo ser, era demasiado complicado. Creo que él también sentía algo pero nunca estaré segura y además eso ya no importa. No sirve de nada darle vueltas porque eso no va a hacer que aparezca en mi vida de nuevo.
A veces pienso que es mejor que no pasara nada, que lo echaría infinitamente más de menos pero... no sé... hubiera pagado ese precio por pasar solo una tarde a solas con él.
Como veis necesito un par de días más para estar bien. Estar durante tanto tiempo con un grupo de gente y en una ciudad maravillosa y que de pronto todo cambie y vuelva a estar aquí...
Estoy contenta de haber vuelto con mi gente pero tengo morriña... y le echo de menos.
Besos a todos.
sábado, 1 de septiembre de 2007
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